Faro del Tostón - Ubicación en Fuerteventura - Cómo llegar
Faro del Tostón

Iluminando el estrecho que separa Fuerteventura de Lanzarote para guiar a los barcos desde finales del siglo XIX, el Faro del Tostón está envuelto por uno de los espacios naturales más bonitos de Fuerteventura.

El Faro del Tostón está localizado al borde del mar, prácticamente dentro del agua. La construcción está envuelta por escarpadas rocas negras castigadas por la fuerza del mar que componen un paisaje sin igual.

Una mirada al pasado

Tras su inauguración en 1897, el Faro del Tostón tan solo contaba con 6,5 metros de altura y utilizaba una pequeña luz blanca que apenas era visible, por lo que en 1923 esta luz fue reemplazada por un flash que aumentó su visibilidad, aunque no lo suficiente.

En 1955 se construyó una torre con el doble de altura y se volvió a modificar el sistema de iluminación, pero los barcos seguían sin tener buena visibilidad hasta que se encontraban demasiado cerca de la costa y ya era tarde para evitar accidentes.

La torre actual cuenta con 37 metros de altura y su sistema de luz blanca intermitente que funciona gracias a la energía solar se ha convertido en una excelente guía para los barcos que cruzan el estrecho de la Bocaina.

Museo de la Pesca Tradicional

Como añadido adicional a la naturaleza sin igual que rodea el Faro del Tostón de Fuerteventura, en el interior de las instalaciones se puede visitar el Museo de la Pesca Tradicional, un espacio ideal para descubrir uno de los oficios más tradicionales de la isla.

En el museo se pueden ver fotografías que narran la historia de la pesca y su evolución a lo largo de los años. Las exposiciones también permiten escuchar las historias de los pescadores para zambullirse de lleno en la cultura y tradición de la isla.

Una visita imprescindible en Fuerteventura

El Faro del Tostón está envuelto por un majestuoso paraje natural, un auténtico espectáculo para los sentidos que lo convierte en uno de los principales lugares que ver en Fuerteventura.

Es recomendable hacer la visita por la tarde, haciéndola coincidir con la puesta de sol, ya que es cuando el reflejo de la luz sobre el agua compone una sinfonía de colores que hará que os enamoréis aún más de la isla.